jueves, 22 de julio de 2010

Como recordar los sueños


Los sueños nos permiten vivir historias surrealistas y divertidas: soñamos que volamos, que estamos con nuestro actor favorito o que tenemos superpoderes.

Somos las protagonistas de nuestra propia película. Pero aparte de hacer cosas que en la vida real no podemos, los sueños también están llenos de simbología que, interpretada correctamente, nos pueden dar pistas sobre nuestros deseos, debilidades y paranoias.

El problema es que la mayoría de la gente es incapaz de recordar lo que sueña por la noche. La vida tan ajetreada que tenemos hace que los sueños se desvanezcan tan pronto abrimos los ojos. ¿Cómo conseguir recordarlos?

Relajación. Cuando te vayas a dormir relájate, deja la mente en blanco y repite "voy a recordar mis sueños". Parece una tontería, pero de esta manera conseguirás reprogramar tu cerebro para que no olvide. Eso sí, no esperes que funcione el primer día.

No saltes de la cama. ¡Ringggg! Suena el despertador, abres los ojos y saltas de la cama como una poseída. Esto es malísimo para recordar algo, ya que en menos de un segundo pasas del mundo fantástico al mundo real. Así que tómate unos minutos antes de moverte de la cama e intenta recordar.

Despiértate por métodos naturales. El despertador pega unos sustos mortales y provoca enfados. Este estado de cabreo matinal va fatal para recordar algo tan delicado como un sueño. Así que lo mejor es que duermas con la persiana subida y que te despiertes con la luz natural o con el canto de los pájaros.

Libreta y lápiz. Por muy bien que recuerdes un sueño, si no lo describes, en una semana lo olvidarás. Así que lo mejor que puedes hacer es hacer un "diario de sueños". Deja una libreta y un lápiz en la mesita de noche y lo primero que debes hacer por la mañana es anotar todo lo que recuerdes del sueño: colores, olores, personas, situaciones...

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